¡Protégeles de los peligros del otoño!
Como adelantábamos en la entrada “Peligros para tus mascotas en otoño”, esta época del año esconde ciertos peligros que los propietarios de mascotas deben conocer (setas, bellotas, pulgas, bulbos,…).
No obstante ahí no terminan los riesgos, sino que es fundamental prestar atención a otros aspectos que podrían afectar a la salud de tu mascota:
Llegan los cambios bruscos de temperatura.
Las buenas temperaturas contrastan con las frías mañanas o noches, pudiendo esto ser la causa de numerosos resfriados. Para evitar estos contrastes y sus consecuencias son útiles los abrigos caninos, ya que el cuerpo de las mascotas de interior está acostumbrado a una temperatura constante agradable.
Además de esto, el fin del buen tiempo afecta directamente al tiempo que pasamos en la calle con nuestra mascota. Los paseos por la naturaleza o por el parque disminuyen afectando directamente a la salud del animal (ya que el ejercicio es un aspecto básico que no se debe descuidar). No obstante, con la vuelta a la rutina los largos momentos de ocio desaparecen, tornándose complicado mantener el ritmo de ejercicio de verano. Si no queremos que este cambio se traduzca en un aumento de peso de nuestra mascota, es importante que prestemos atención a su alimentación y, en caso de duda, acudir a nuestro veterinario para que nos dé consejo.
Los días de lluvia comienzan a ser frecuentes.
Es aconsejable proteger a nuestras mascotas de la lluvia con impermeables y en cuanto lleguemos a casa secarlas para evitar que estén mojados durante mucho tiempo (ya que esto favorecería la aparición de hongos).
Aparte de la humedad y los hongos, la lluvia también trae consigo los charcos: una fuente de agua contaminada en la que nuestras mascotas tienden a beber. Debemos prestar especial atención a este aspecto ya que el agua sucia es una gran fuente de enfermedades.
El calor se va… pero los parásitos no.
A pesar de la creencia errónea de que en otoño no debemos prestar especial atención a los parásitos, cada vez los otoños e inviernos son más suaves provocando que muchos pervivan durante más tiempo. Por ello es aconsejable no olvidar los antiparasitarios y vigilar la piel de nuestra mascota.
En este sentido es aconsejable realizar un chequeo a tu perro tras los meses de verano para descartar que se encuentre infectado de leishmaniosis, ya que en ocasiones los animales infectados no presentan síntomas durante un tiempo.
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